Podría acostumbrarme a vivir en Key West

Por Marc Taro Holmes en Key West, FL

Desde mi perspectiva, mirando por la ventana a bancos de nieve de metro y medio, la ciudad de Cayo Hueso es una maravilla.

Una tierra de fantasía imposiblemente lejana de lujo tropical. Probablemente así se sienten también sus habitantes. Paseando, no podía creer que las casas estuvieran repletas de exuberante vegetación. Hasta la casa más pequeña tenía un jardín increíble.

Uno de mis lugares favoritos era el Casa Audubon. Como muchos museos regionales que llevan el nombre de personajes famosos de la historia, en realidad no es *su* casa, y ni siquiera estaba construida cuando visitó Cayo Hueso. Pero se parece mucho a una casa en la que *podría* haberse alojado, y escribió en su diario sobre los árboles poco comunes de la misma manzana.

Al sentarse en los jardines, disfrutando de las orquídeas y bromelias que cuelgan de las palmeras, uno puede imaginárselo de paso en su búsqueda de los animales más salvajes y extraños. Aves de América. Este fue probablemente el mejor día del viaje para mí. Un lugar estupendo para pasar la tarde. Pintando este increíble jardín, y tomando descansos para ir a ver la galería de aves. Te hace pensar que podrías acostumbrarte a la vida de Key West.

Aunque, leyendo un poco sobre elloParece que el propio Audubon no lo tuvo fácil. Su vida incluyó: huir del servicio militar obligatorio con un pasaporte falso, sobrevivir a la fiebre amarilla, esquivar a los corsarios, gestionar la mina familiar (su padre pensaba que todo el mundo necesitaba plomo para las balas), atravesar la guerra civil intacto, acabar en la cárcel de deudores, esbozar retratos en el lecho de muerte para conseguir dinero rápido, luchar contra el establishment científico para ver su obra publicada, viajar por el mundo vendiendo en mano suscripciones a sus grabados - en realidad vendiendo pieles de animales que él mismo disparaba para conseguir fondos para la impresión. Eso es sólo la primera mitad de su vida.

En la casa hay una pequeña galería con excelentes reproducciones de los grabados de Audubon y, por supuesto, los habituales posavasos y rompecabezas hechos con su arte. Me impresionó pensar que su obra de 1838 se sigue vendiendo. No importa su gran logro en el arte naturalista, eso es impresionante para un artista en activo como yo.

Tengo que preguntarme qué se vive en esta ciudad durante todo el año. Parece estar precariamente situada en una isla muy baja, muy lejos del océano. ¿Quizás vivir en un barco sería la solución? Así que usted podría estar listo para bug out en la temporada de huracanes. Preferiría vivir en un barco pirata como el Jolly Rover. Pero, también parece haber un nicho fascinante de la cultura de la casa flotante. Imagino escenas de flotas de estas casas flotantes que se adelantan desesperadamente a un huracán. Probablemente sea una imaginación hiperactiva. Pero ya veremos qué nos depara el cambio climático. Quizá tengan razón.

Espero volver a Key West otra vez. Lo pasamos muy bien, y me encantaría que fuera una alternativa al invierno de Montreal.

~orujo