Vapor y piedra con Simonetta

Por Marc Taro Holmes en Volterra, Italia

Nuestra semana pintando con Simonetta Capecchi en Volterra fue una experiencia toscana diferente. No era el típico recorrido por la comida y la cultura italianas por el que se conoce la zona. Había escogido los lugares para pintar basándose en el tema de los estados de la materia. El vapor y la piedra.

Pasamos tiempo en la ciudad, por supuesto, en las diversas plazas e iglesias históricas, pero el verdadero foco de atención de las localizaciones de Simo fue la propia tierra.

Visitamos muchos paisajes extraños, empezando por un recorrido por una zona utilizada para la generación de energía geotérmica. La cresta sobre nosotros presentaba torres cónicas con el inquietante aspecto de las centrales nucleares. Los escarpados valles divididos por gordas tuberías cromadas que se arqueaban sobre la carretera y cortaban las laderas transformaban todo el valle en una escultura posmoderna.

Comenzamos la exploración con un breve paseo por unas colinas de arcilla blanca que parecían un desierto del Sahara en miniatura. Hice un rápido boceto de las pálidas dunas, luego me di la vuelta y dibujé la vista inversa directamente detrás: un rodal de olivos duros y maleza lista para la yesca.

Era extraño ver los dos paisajes diferentes uno al lado del otro. Almorzamos pan y queso, caliente y seco, y seguimos adelante.

Tras una corta pero empinada subida, empezamos a ver las fumarolas. Al principio sólo eran pequeños agujeros en la tierra que emitían una bocanada de humo que podría haber sido una polvareda, pero pronto llegamos a las propias fumarolas. Una zona que parecía un desprendimiento de tierra o una pequeña mina a cielo abierto en la que no había suelo superficial, sólo arena y roca roja y grandes grietas en la tierra que emitían zarcillos de humo. Este es el motor natural de las plantas geotérmicas.

Podría haber sido un paisaje malhumorado -incluso podría haber habido una sensación infernal- si no fuera por las verdes colinas circundantes y el mar azul en la distancia. Me dijeron que podíamos ver Córcega en el horizonte.

Al día siguiente visitamos La Balsa, una gran pared de roca roja que forma parte de los cimientos de la ciudad de Volterra. La cresta de lados planos se estrecha hasta llegar a estrechos pináculos, lo que me recuerda de nuevo a versiones en miniatura de otros lugares. Algo como lo que vimos en Utah. Supongo que esta es la razón de los fenómenos de la Spaghetti Western.

A la vuelta de este punto de vista, hice un buen boceto de 10 minutos mientras estaba de pie bajo el sol abrasador. Me até el paraguas al cuerpo con la bandolera, y tuve que encorvarme un poco para permanecer debajo de él. Estoy seguro de que esto parecía ridículo, pero era lo único que hacía soportable el sol directo.

Me siguen encantando estos bocetos de acuarela directa. Solía hablar sin parar de cómo el el dibujo era tan importantey cómo todo el mundo debería hacer un un cuidadoso dibujo de líneas antes de considerar el color. Parece que me estoy alejando de esa técnica, pero supongo que sigo haciendo un dibujo, sólo que ahora creo que se puede hacer ese dibujo utilizando sólo los bordes de las formas entrelazadas. El trazo puede producirse en el mismo momento en que se forman los lavados.

Desde estos bocetos italianos, hemos seguido hacia Asia para el taller de Urban Sketchers en Singapur, y unas vacaciones de pintura en Camboya. Así que en los próximos posts mostraré más de estas "pinturas de formas". Permanezcan atentos.

~orujo