Trayendo a mis nuevos amigos a casa

por Róisín Curé en Galway

Hace dos o tres semanas me encontré en la extraña situación de dibujar con algunas personas a las que sólo había conocido a través de Urban Sketchers, y sólo a través de una pantalla. Eso en sí mismo no era extraño, pero tenerlos allí mismo conmigo en mi querido Killeenaran era de lo más peculiar, de una forma muy maravillosa. Para mí, este lugar es tan mágico como cualquier otro que imaginara de niño. Lugares sobre los que leí en libros como Huckleberry Finn y Tom Sawyer; de hecho, el paisaje de los alrededores hace que mucha gente recuerde la Tierra Media de Tolkein. Estoy seguro de que la mayoría de nosotros, de niños, teníamos lugares especiales que eran la encarnación del paraíso. No recuerdo ningún lugar que me hiciera sentir así de adulto, hasta que vine a vivir aquí.

Así que compartir este lugar tan especial con gente con la que comparto la pasión por dibujar significaba mucho para mí. No puedo decir que el tiempo fuera tan bueno entonces como hoy, cuando he disfrutado del cálido sol y me he despreocupado. Lo único que me preocupaba, y en el mejor de los casos era muy poco, era si el mar subía o bajaba por los escalones en los que estaba sentada. Mi ambición era recrear la misma escena que había dibujado Adriana, desde el mismo lugar.

Cuando estuve aquí con Adriana Gasparich y Claudia Feldman no tuvimos tanta suerte. Aquí está Adriana sentada en el mismo escalón en el que me he sentado hoy. Para que os hagáis una idea del calor que hacía, he estado sentada en la piedra durante dos horas y no me ha dado ni un escalofrío en el derrière.

Como puedes ver, la marea estaba completamente baja el día que dibujamos aquí juntos. Deberías ver el relato de Adriana sobre cómo dibujó ese día aquí. El dibujo que hizo es magnífico. Me encanta que su boceto sea idéntico al mío, salvo por el nivel de la marea, y que Adriana haya incluido también la zona de la izquierda.

Claudia tomó posición en el extremo del muro del muelle, donde los dos barcos están por encima de la línea de flotación en el boceto superior. El viento la azotaba sin tregua. No quería ni oír hablar de trasladarse a un lugar más protegido. "Llevo diez años pintando al aire libre", dice. "¡De esto se trata!" Todo un respeto para ella. Hizo un dibujo vivo y lleno de color de los barcos en marea baja, desde un punto de vista directamente opuesto al de Adriana.

Aquí hay otro boceto del muelle en marea alta en la misma época del año pasado:

En el croquis superior puede verse el arco bajo el puente.

Y aquí están los dos barcos desde un ángulo más cercano...

Ahí lo tienes. Un vistazo a uno de mis lugares favoritos del mundo. Espero dar la bienvenida a algunos más de nuestra banda especial de hermanos dibujantes allí también, algún día.

Mientras tanto... ¡más pinturas y dibujos del muelle de Killeenaran!