"Dibujar en la ciudad es para mí la oportunidad de involucrarme de algún modo en una parte de la vida urbana que de otro modo pasaría desapercibida. Es increíble lo poco que vemos en realidad, en comparación con todo lo que ocurre a nuestro alrededor cuando caminamos por la calle, viajamos en autobús o nos sentamos en una cafetería. Al dibujar, hay que mirar las cosas de otra manera, más exactamente, hay que tenerlas en cuenta para dibujarlas como son en realidad. Me encanta dibujar en lugares nuevos, pero incluso una calle habitual por la que he paseado mil veces sigue siendo una eterna fuente de inspiración, y eso es lo que más me gusta del dibujo. El truco está en no caer en la reproducción mecánica de las mismas ventanas, señales de tráfico y coches de siempre, hay que encontrar algo único en cada uno de los objetos cotidianos aparentemente aburridos, porque realmente tienen su propia vida y carácter. Mi reto es encontrar y expresar ese carácter".