Viñetas macabras #3 / Nieve

Me levanté en mitad de la noche y caminé a ciegas hasta el cuarto de baño, con los pies descalzos golpeando las frías baldosas. Como no quería cegarme, no me molesté en encender la luz. Sentado dentro, me quedé mirando el albornoz blanco de mi mujer que colgaba de un gancho en la puerta. Mientras miraba, medio despierto, vi una forma oscura moverse en la hendidura de la manga. Una gran araña oscura salió arrastrándose lentamente. Una parte de mí quería arrancar la bata del gancho y pisotearla, pero estaba paralizado, la araña de cinco o seis centímetros estaba a sólo medio metro de mi cara. Al enfocar la vista vi una extraña telaraña cilíndrica parecida a una caja de CD, que subía por la manga. Tenía una extraña consistencia, como si estuviera hecha de pequeñas pompas de jabón compartimentadas. La araña se arrastraba por el borde exterior y, cuando llegaba arriba, la tela se hundía sobre sí misma y la araña se movía por el interior. Empecé a preguntarme qué estaba viendo, así que finalmente encendí la luz. La tela brilló con un blanco intenso y tuve que cerrar los ojos. No había nada, ni telaraña ni araña. Sin embargo, ¡había sido tan real! Apagué la luz y, cuando mis ojos volvieron a adaptarse a la oscuridad, vi movimiento en las sombras por segunda vez. La araña era aún más tímida, pero pronto apareció de nuevo moviéndose rápidamente sobre su diáfana tela. Parecía saber que la estaba observando. Esta vez no me molesté en encender la luz, simplemente acepté este extraño y macabro sueño despierto. Volví a la cama sin poder dormir...

En Replanteamiento urbano (625 East Central Boulevard), me agazapé en el piso superior mirando las bellas y grotescas piezas escultóricas de marionetas para Viñetas macabras #3 / Nieve. Una suave cabeza de bebé con los ojos cosidos, un pájaro negro posado amenazadoramente dentro de una caja de madera llena de objetos mecánicos encontrados. Debajo de mí, Tamara Marke Lars, su marido y un tercer ayudante se esfuerzan por colgar una gran marioneta con forma de pájaro de un sedal. Tamara me pregunta si la línea se ve nivelada desde mi posición, pero no me decido. Por ahora, el espacio está desorganizado, lleno de piezas que, una vez ensambladas, darán vida a su visión única. Es una maestra de lo macabro y este espectáculo único se sale de la típica oferta navideña.
La hermana de Tamara, Leah Marke, fue la encargada de poner al día a los cerca de seis bailarines de Voci sobre cómo se pondrían en escena al interactuar con las marionetas gigantes. Era un torbellino, en constante movimiento, entrenando e inspirando a sus compañeras. Hablaba por el móvil intentando ayudar a un bailarín que se había perdido. Le brillaban los párpados mientras daba indicaciones giro a giro para llegar al ensayo. Después, cogió dos enormes patas de pollo y gritó: "Mira, tengo unas patas de pollo enormes". Su acento sureño me hizo reír a carcajadas. Volviéndose hacia mí, terminó: "¡Y puedes citarme!". Una de las bailarinas no paraba de reír con alegría infantil cada vez que Tamara movía una marioneta en la que estaba trabajando. Yo compartía su alegría mientras me esforzaba por grabar el genio creativo en medio del caos. Tamara cogió de la mecedora la marioneta azul de aspecto enfermizo. En sus cálidos brazos, la marioneta parecía un frágil resfriado. Pieta.

Vi a los bailarines de Voci ensayando una danza en la que se envolvían en telas que colgaban del techo. Se necesitaban tres titiriteros para mover la gran marioneta azul. Cuando empezaron a gruñir y a tocar bulliciosamente, el gigante empezó a cobrar vida. Este espectáculo promete ser una experiencia surrealista y, por mi parte, no me lo perderé.

Admisión a Viñetas macabras #3 es $20 en efectivo en la puerta, en Urban ReThink que solía ser la librería Urban Think.
Los horarios son:
10 de diciembre a las 20.00 horas
11 de diciembre a las 20.00 y 22.00 horas
12 de diciembre a las 14.00 y a las 20.00 horas
*Las puertas se abren 30 minutos antes del inicio del espectáculo.

Artista analógico Mundo digital