[Publicación invitada de Liz Ackerley, Manchester, Reino Unido].
He empezado a plantearme qué significa para mí dibujar. Creo que dibujar tiene mucho que ofrecer y que realmente cambia mi percepción y comprensión de lo que me rodea. He aquí, en pocas palabras, algunas de las ventajas que le veo:
El proceso de dibujar me ayuda a calmar la mente y a centrar mi atención: A menudo me cuesta concentrarme en una cosa. Pero al dibujar, puedo concentrarme en el dibujo, en nada más. Me tranquiliza y me permite relajarme. Me absorbe por completo el dibujo y el proceso, lo que me proporciona un valioso "tiempo de descanso".
Permite desarrollar una mayor conciencia del mundo que me rodea y una comprensión más profunda de los lugares en los que vivo y visito: Desde que es miembro de la Manchester Urban SketchersHe desarrollado una mayor conciencia e interés por la ciudad en la que vivo. Lo mismo me ocurre cuando visito otros lugares. A través del dibujo, puedo desvelar algunas de las capas físicas y comprender mejor el lugar.
Me proporciona un registro y, por tanto, un recuerdo más claro de una experiencia: Registrar las visitas y los viajes en forma de bocetos proporciona cuadernos de bocetos para volver a visitar y recordar. Para dibujar, tengo que estudiar el lugar, la persona o la ubicación mucho más de lo que lo haría normalmente. Las notas que acompañan a un boceto aportan pistas y dimensiones valiosas. He aquí un par de bocetos del viaje a Gales del año pasado. Lo recuerdo mucho mejor gracias a los bocetos.
Me permite ver lo extraordinario en lo ordinario: Incluso las escenas cotidianas más simples tienen profundidad, sustancia e interés cuando se observan con detenimiento.
Dibujar permite conectar con personas de ideas afines: Este edificio cooperativo de Pendleton (Manchester) es un buen ejemplo. En Guías de Manchester publicó una foto en las redes sociales, lo que suscitó un diálogo sobre el edificio y su historia, y me animó a salir a dibujarlo.
Dibujar me da voz y me permite expresar mi visión del mundo a través de un diario visual: Hay muchas formas de expresarse, pero para mí el dibujo es una gran manera de hacerlo. A través del registro en cuadernos de bocetos, añadiendo notas y otros recuerdos, tengo un registro de ese momento y lugar y de mi "visión" de la escena.
Mediante la práctica regular, el dibujo me permite desarrollar mis habilidades y mejorar mis obras: Es un proceso lento y continuo, pero también uno en el que los progresos son claramente perceptibles a medida que pasa el tiempo: mejor sentido de la perspectiva, detalles de textura más astutos, mayor conciencia del color y las sombras, etc. Con el tiempo, mi capacidad de ver y de aprovechar el "lado derecho del cerebro" sigue mejorando.
Liz Ackerley es arquitecta paisajista y urbanista afincada en Manchester (Reino Unido). Escribe en su blog sobre sus aventuras como dibujante aquí.