[Por Béliza Mendes, corresponsal del simposio en Chicago, Estados Unidos].
El último día del simposio llegó demasiado pronto. Para mí comenzó con una visita al taller de una de mis dibujantes favoritas, Veronica Lawlor. Un poco impresionada por la estrella, me las arreglé para hacer unas cuantas miniaturas como las que ella pedía a los demás participantes para preparar su boceto final.
Verónica atendió con mucha paciencia a cada uno de los participantes, dándoles consejos y sugerencias para mejorar su boceto.
A continuación me dirigí al taller de Swasky, llamado "Doblar el espacio". La idea era mostrar más de un punto de vista en el mismo boceto utilizando una bisagra imaginaria como punto de referencia. Fallé estrepitosamente en el ejercicio, pero me divertí intentándolo y consiguiendo una visión de cómo Swasky hace sus increíbles y locos bocetos.
Por la tarde, cientos de dibujantes se dirigieron al parque Grant para el sketchcrawl final. Fue divertido ver cómo la gente compartía sus bocetos y sus impresiones sobre los talleres a los que habían asistido (véase el boceto de arriba). La colina se fue llenando poco a poco de gente que parecía feliz de estar allí.
Aquí es donde descubrí el secreto de Rob Sketcherman para sus increíbles bocetos. ¿Es su tableta? ¿Es un lápiz mágico? No, está en su increíble asiento. Rob es un hombre que viene bien preparado con una silla muy cómoda, o mejor dicho, un helicóptero sin ruedas. No es de extrañar que haga bocetos increíbles.
Es hora de la última foto de grupo junto a la estatua del general Logan. Debió parecer una invasión desde su punto de vista. Incluso había un dron para captar a todo el grupo. Aplausos para todos por la foto de familia y luego de vuelta al Hub.
El equipo local había preparado una hermosa ceremonia de clausura con mucha comida deliciosa y músicos muy pintorescos.
Mientras tanto, se celebraba la subasta silenciosa. La gente seguía caminando en círculos alrededor de la mesa, mirando las obras de arte que se ofrecían y pujando. Algunos vigilaban sus ofertas como buitres, lo que parecía la única manera de asegurarse de ganar.
Tras un larguísimo suspense, por fin se anunció el lugar donde se celebrará el simposio del año que viene: ¡volverá a ser en Portugal, en la hermosa ciudad de Oporto! La alegría de los dibujantes portugueses se hizo sentir por todas partes. Las celebraciones continuaron en el bar 2Twenty2, a la vuelta de la esquina, donde jugamos al Jenga y dibujamos, por supuesto.
Había música en directo y nos quedamos casi hasta que cerró el bar. Al fin y al cabo, había mucho de lo que alegrarse: otro simposio exitoso, pasar el rato con viejos y nuevos amigos y saber que nos veríamos el año que viene.
Por mi parte, os dejo con un último par de pies, ya podéis adivinar de quién (pista: volver a leer el post).
Trabajar como corresponsal ha sido una experiencia maravillosa. Me gustaría dar las gracias a todos los organizadores y a los voluntarios locales por hacer mi trabajo más agradable, y a mis compañeros corresponsales, Wes Douglas, Vincent Desplanche y Pedro Cabral, por su buen humor y su increíble cobertura.
En cuanto a los corresponsales del año que viene, les dejo un consejo que me transmitió Kumi Matsukawa: ¡disfruten del estrés!