[Por Marina Grechaniken Jaffa, Israel].
Estoy de nuevo en Jaffa, dibujando con mi amigo Nathan. Buscamos el lugar perfecto para combinar café y dibujo. Cuando pasamos cerca de la tienda Dr. Narghile, la decisión nos llega simultáneamente. Nos sentamos frente a la tienda en las pesadas y viejas sillas acolchadas con tela de rayas rojas y negras. Empiezo a esbozar a tres hombres fumando narguile cerca de mí, pero sacan la cartera y pagan, ¡qué pena! Tengo que esperar a una nueva víctima. Llega enseguida: un joven barbudo, en busca de momentos de calma y de los últimos rayos del sol primaveral.
Mi segundo esbozo: un vistazo al lado opuesto, al concurrido cruce con la calle Jeffet. No paran de pasar cosas: turistas, lugareños, árabes, judíos... parece que todos tienen sitio suficiente y se entienden en diferentes idiomas.
Estoy buscando el lugar para hacer otro boceto y decido dibujar la vista que tengo enfrente. Parece aburrido, una gran motocicleta bloquea mi vista, pero quiero encontrar una historia en lo que veo. De repente, una pareja interesante entra en mi encuadre. Una mujer rubia con un vestido negro largo con una gran raja, zapatos rojos de tacón y un bolso rojo que completan el look. "¡Por favor, quédense aquí un rato!" - susurro. Y qué regalo - parece que la mujer le pide a su hombre que le haga una foto, se quedan allí unos minuetos, hablando uno con otro y buscando un buen sitio, finalmente se van del lugar sin hacer ninguna foto. ¡Pero conseguí mis pocos minuetos para añadirlos a mi boceto y tener la historia que buscaba!
Decido hacer mi último boceto dentro de mi nuevo cuaderno de bocetos, que tiene formato panorámico horizontal. Un tipo asiático, obviamente turista, se sienta cerca de nosotros y pide narguile. Resulta que el tipo es de Hong Kong y es amante del narguile, tiene uno en su casa. Ahora todo es global 😉
Pocas horas pasaron como un minuto. La calle está llena de historias, todo lo que necesitas es sentarte en un lugar el tiempo suficiente, y todas las historias vendrán a ti 🙂.