Las obras del nuevo espacio de Frank Gehry para la Orquesta Sinfónica del Nuevo Mundo en Miami están muy avanzadas, y se oye el palpitar de la maquinaria pesada trabajando en el parque que tiene delante. Mientras dibujo esto, estoy de pie junto al lateral del edificio que asocio más inmediatamente con Miami Beach: el bloque de oficinas con la pantalla siempre cambiante que muestra la hora y la temperatura (en grados Fahrenheit, así que no lo entiendo, salvo que hace mucho más calor que en Londres). Quizá el año que viene dibuje el Gehry. Por ahora, esto es Miami para mí.